lunes, 30 de junio de 2014

Sonaba "Modern Talking" en un callejón de Madrid capital...

Sonaba "Modern Talking" en un callejón de Madrid capital y al cruzar la esquina advertí con entusiasmo un neón que anunciaba en un fuxia intenso la entrada hacia un pequeño antro que auguraba ser de lo más interesante. Sin apenas titubear y guiado por una tremenda curiosidad me dirijí con paso ligero y las manos metidas en los bolsillos hacia aquel lugar. Postrado frente a la puerta que abría paso al interior observé como de las entrañas de aquel local nocturno brotaban cortinas de humo con un intenso olor a tabaco y ron barato que me transportó de inmediato a mis dieciséis. De nuevo dominado por el instinto dirigí mis pasos hacia la puerta y al abrirla para adentrarme en la taberna una sensación de nostalgia me invadió de arriba abajo. "Brother Louie" se había apoderado del lugar y varias luces de colores que recordaban a algún tipo de discoteca de los años ochenta aportaban al ambiente algo de lucidez. Avanzando entre la variopinta multitud que bailaba al compás de un envidiable ritmo desahogado poco contrastado con mis latidos llegué a la barra en donde un apuesto camarero desgastado por la noche yacía apoyado vagamente sobre el mármol empapado de alcohol y sudor seco. Embriagado por aquel ritmo lejano y envolvente e hipnotizado por los rostros de todos los enamorados que parecían haber reavivado la llama de su amor bajo aquel firmamento atontado, quise estar a la altura de aquel lugar y pedí un cóctel parisino que me introdujera de inmediato en aquella atmósfera. Sólo había dado un sorbo a la copa cuando avisté a tres metros de mí a la vez que el alcohol comenzaba a bajar por mi garganta como una mujer a la que parecía haber conocido años atrás se movía al compás de la música junto a otro hombre de pelo despeinado y dedos más bien rudos. Cuando volteó la espalda y volvió a abrir los ojos tras un estado profundo de enajenación fijó su mirada con firmeza en mi rostro. Fue entonces cuando recordé quién era. Ambos nos observamos con las pupilas de dos desconocidos que parecían haberse encontrado después de haber muerto y resucitado. Los años habían calado hondo en nuestros corazones, varios cuerpos habían ya catado el sabor de nuestras sábanas y aparentemente habíamos conseguido nuestros objetivos en la vida, pero de una manera muy diferente a la que hubiéramos esperado cuando nos vimos la última vez. A pesar de que el sonido que emitían los altavoces superaba con creces cualquier sonido que pudiéramos emitir nosotros mismos, un silencio ensordecedor asoló mi espíritu. La había encontrado allí, después de tanto tiempo, como prometimos cuando apenas un bigote adolescente adornaba mi tez. Pero, por alguna extraña razón, aquel momento no era como los dos habíamos soñado porque a ese instante en que nuevamente nuestras almas se cruzaron no le siguió un efusivo beso ni un futuro común, ni siquiera un cruce de palabras. Fue sólo eso, un instante de gloria, después de muchas noches en busca del amor verdadero que tras aquella noche no tuvo ya esperanzas de demostrar su existencia.

sábado, 7 de junio de 2014

Besos de ron barato, tocamientos de botellón, talones de Aquiles, corazón de Aristogitón y de vez en cuando vidas estancadas en el puente de la revolución ya arrugada y veterana.

jueves, 22 de mayo de 2014

Y, mojándose los labios en champán, concluyó diciendo:  
«A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de admirar todo tipo de rostros, me he movido entre las más dispares etnias y he acariciado todo tipo de cabellos. Y puedo asegurarles, desde lo más profundo de mi ser, que he aprendido más de todas las personas que han urgado en mi entrepierna que de los libros que había en la biblioteca de mi colegio. La mayor lección de mi vida me la dieron los cuerpos de todas ellas: los tatuajes añorantes, las cicatrices aventureras, las uñas sucias, el hedor de su sudor esforzado, la manera en que observaban mis ojos en la cúspide del climax, los gestos torpes y los expertos, el maquillaje escondedero y vanidoso, las manos diversamente forjadas, los complejos escondidos bajo los botones de la camisa, sus dentaduras ansiadas, la forma en que arrugaban los dedos de los pies, los pantalones que caían al suelo, el color de sus labios, el acento de sus palabras, la tos de sus gargantas, el sabor de sus vientres, el hedor de sus alientos, la fuerza de sus brazos, la musicalidad de sus berridos...»

domingo, 18 de mayo de 2014

La noche había caído sobre el pasto reseco y los grillos entonaban su canto en medio del manso silencio de la nocturnidad augusta. Las tinieblas habían ocupado el cielo flamante y las luces de la ciudad centelleaban a lo lejos con sosiego. Se reencontraron, como en los viejos tiempos, bajo las faldas del universo. Aquel instante que había cambiado sus vidas años atrás volvía a repetirse y una vez más sólo aquel charco sereno de la granja de Paco era testigo de tal hazaña. Plantados uno frente al otro y sumidos en el éxtasis que latía azoradamente en el viento ahogado, se tomaron las manos y se fijaron la mirada. Sólo aquello bastó para que la vida comenzara otra vez a correr brusca y alborotada por sus venas.

miércoles, 7 de mayo de 2014

El club del remolque.

Son las cuatro de la tarde y el verano asoma el hocico por detrás de la torre de la iglesia. Doña Isabel hace los preparativos para viajar a Parla junto a su hermana gemela tras la muerte del señor Martín, su marido y gran amante. El viejo Pedro, acompañado de su usual tos ronca, se esfuerza una vez más por superar la cuesta que se extiende desde la casa de su hija Eugenia a su humilde cuchitril. Por su parte Nagore, una de esas niñas especiales que todos nos cruzamos alguna vez en la vida, observa nuevamente como los mozalbetes a los que sigue en busca de compañía tiran su mochila a los jardines del parque. Al caer bruscamente sobre ellos, el utensilio se rasga con las espinas de un rosal y Nagore se deshace en lágrimas. Al mismo tiempo, a quinientos metros de allí, brota desde una ventana con rejas negras la voz de Pepe, quien recita torpemente las cuatro palabras que aprendió esta mañana en francés. El sol parece descansar sobre los tejados del pueblo que resuena felizmente como un corral de comedia debido a que el grupo de teatro local ensaya en la casa de la cultura con las puertas abiertas de par en par su próxima obra. Los perros ladran al unísono y como de costumbre lo hacen sin motivo aparente. Todo parece ser habitual excepto la cara de Juan. Él es un chico que pocas veces es perturbado, tranquilo y ya acostumbrado a los largos días del pueblo. Sin embargo, hoy, se le ve especialmente feliz. Se aprecia en su rostro un ligero cosquilleo. Está más bien ilusionado, excitado. Detrás de él se acercan andando algunos muchachos que suelen jugar al fútbol todas las tardes y le llaman la atención. Éste, como si algo hubiese anegado sus sentidos, se vuelve hacia ellos y les hace un gesto al que responden asintiendo. Como carneros llevados a degüello, se dirigen hacia el remolque que lleva algunos años abandonado tras el campo de fútbol. Mirando con desconfianza cada rincón para evitar que alguien los descubra van subiendo a él uno a uno y cuando lo hace Fiti, el último, dirige al espacio que rodea al cacharro una mirada detectivesca y, esbozando una picaresca sonrisa hacia sus amigos, cubre con una lona lo que aún se puede observar desde el exterior, desapareciendo tras ella.

martes, 22 de abril de 2014

Suena ronca  y solitaria una guitarra sumida en un febril atardecer andaluz y, a la luz de mi luna rumana y frente a la impotencia flamante de un candelabro oxidado, baila Marie su última melodía, que lleva horas esmerada en despojarla de sus faldas y dejarlas caer cínicamente sobre el suelo empedrado que observa con admiración cómo entona Marie sus últimos versos a la vida, cómo pisa crudamente con sus tacones por última vez clamando a la pasión que la acompañó siempre en su áspera ascensión a su culmen, que hoy se desmorona y cae en el olvido de tantos que la trataron de emperatriz de los arrastrados.

miércoles, 16 de abril de 2014

¡Maldito destino! Si crees que voy a caer rendido como caen todos en tus pezuñas áureas y confortables, si piensas que me conformaré con dormir sobre tu pecho cada noche de mi efímera vida o si te contentas con imaginar tus garras sobre mi cuerpo con cada año más veterano, te equivocas. No quiero vivir calmado, ni sereno, ni seguro bajo tus faldas. No deseo desplomarme en tu rutina ni permanecer pasivo ante los amaneceres que me brindarán los lustros de ti, esfinge longeva. Quiero sufrir los achaques de la edad, quiero saciarme del saber que me ofrece el sol de Oriente, quiero llorar por amor, estallar a carcajadas en un velatorio, bailar sobre los cráteres de un corazón roto, brincar sobre los manjares de una cena real, embriagarme de la guitarra española y del fado portugués. Y beber del mismo vino del que bebió Sócrates y dar gracias a la noche por consagrarme como humano, como ser racional, como animal todos los días veinticuatro horas sin duda.

lunes, 7 de abril de 2014

Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus” Dijo algún sabio. Y fue su misma sentencia quien se lo llevó. El tiempo se abre paso y nos arrastra a todos con resignación (o alborozo) tras él. A unos les arruga el rostro y a otros les muda la voz; nadie se libra de su tacto, aunque sólo sus yemas lleguen a rozarle. El tiempo no sabe esperar, no supo permitir a muchos dejar escrito su testimonio, no supo dejar acabadas muchas canciones, no supo acallar las bocas de quienes se equivocaban. Nos resulte esto un grito a la vida o un despropósito, su objetivo será siempre no dejar nunca de marcarnos (como carneros llevados a degüello sin rechistar).

domingo, 23 de marzo de 2014

BIENVENIDOS. BIEN-VENIDOS...


...al hogar de los que llevan el techo sobre el costado. Aquí serán recibidos como burgueses, políticos, clérigos o degenerados. Aquí las noches son tan largas como nos permitan las velas que alumbran nuestros pintorescos rostros. Pongan sus ojos en el suelo y procuren no tropezar con algún zapato de tacón. La nocturnidad tomará el control de toda situación. Atrévanse a deslumbrarse con nuestras mujeres y garzones. Bajo las luces de este antro todos ustedes pueden sentirse como auténticas estrellas. Atusen sus bigotes y decoren sus labios porque reviven las pasiones del clasicismo cada noche en este salón. Bailen sin cuidado y fumen cuanto puedan. Gocen como auténticos animales. Déjense guiar por sus más indomables instintos. Caminen como primates, arrástrense por el suelo inmundo como reptiles. Finjan ser intelectuales y hablen de política y ciencias. Corónense como reyes absolutos del lugar y coman como privilegiados. Disfrácense de jueces medievales, damas de pomposos vestidos o estadounidenses de los años veinte. Les reto a ser desmesurados: Beban vino y champán. Rían, besen y hagan el amor. Desoriéntense. No reparen en consecuencias.  Suelten las riendas y relinchen cuan caballos. Pierdan el conocimiento. Olviden la ética, olviden que existe una avenida llena de seres mundanos tras esa puerta. Ríjanse por la bravura de sus sentidos. Escuchen con atención nuestros gritos cargados de musicalidad y vicio. Les exijo que degusten con subjetividad cada clave de sol, cada bemol, cada paso en falso. Deléitense con el arte que desprende la escena que inundará en breve esta sideral zahúrda. Que comience el espectáculo.

lunes, 10 de febrero de 2014

Manifestum.

Nosotros fuimos los abanderados, portábamos el lema sobre nuestros hombros, gritábamos enardecidos a la libertad con las manos alzadas. El viento despeinaba nuestras melenas perfectamente engominadas que cada noche le guardaban culto a una mano ajena e indecente. No conocíamos el escrúpulo, bebíamos a morro de cualquier botella o labio. Nuestras huellas fueron retratadas, éramos jóvenes y amábamos la vida. Nacimos así.

domingo, 9 de febrero de 2014

Comenzó su dedo a tocar mi ombligo y sonó mi respiración como un tocadiscos. Aquella no era más que una noche cualquiera repleta de minutos inusuales. Dos simples segundos bastaron para cerrar los ojos ante su aliento estremecido y empezar, con los sesos esparcidos por la atmósfera de aquel salón, a bailar como dos parisinos de bigote y acento en algún barrio marginal de la capital. Parecíamos dos enamorados. Y en realidad no éramos más que dos descerebrados que jugaban a tener corazón.

sábado, 11 de enero de 2014

Angie.

Eres un alma que aparenta serenidad y esconde salvajismo. Eres la más rebelde de las rubias, tanto que gobiernas el sentido con tu mirada destructora. Te ocultas tras un manto de rock cautivo y tocas el alma con dos dedos. Evitas todo pensamiento ordinario o monótono, porque tu mente busca en la existencia una sensación de originalidad. Escapas de la realidad como si no formara parte de ti. Buscas un mundo en el que acepten tu condición, pero si todos te aceptaran tú misma buscarías la monotonía para volver a ser la emperatriz de ese reino que te pertenece como el rock a la música. Eres el sueño perfecto de todo hombre que duerme entre sábanas de lúgubre imperfección. Vives enajenada por tu propia persona y escuchas con atención catorce consejos que nunca tomas en cuenta. Eres inédita y la autenticidad de tu mirada lo verifica. Tu impotencia descubre caminos inexplorables. Las veces tus palabras suenan como exhortativas. Tus dedos sueñan con tocar el alma de algún desgraciado que teme tu respuesta. Sonríes como atónita y eres el contraste rojo de un día oscuro. Tu boca arde como si no existiera otro día para hallar el mundo en los labios de algún capataz. Cuando hablas parece que el corazón se tiñe de un púrpura intenso. Tus pupilas cautivan a cualquier campesino, noble o sacerdote. Eres intriga, un alma envuelta en quince primaveras que apenas es capaz de respirar sin sentir la adolescencia ardiente en sus entrañas. Te contaría que eres fantástica, insuperable, imprescindible, pero ni mucho menos eres la perfección. Eres la imperfección en persona, y es esa imperfección la que te hace tan sumamente irresistible...

lunes, 6 de enero de 2014

Últimamente me está costando vivir a ciegas; esta venda me está ocultando ya demasiadas verdades.

viernes, 3 de enero de 2014

Sólo me hizo falta aterrizar y pisar aquella tierra para saber que aquello iba a ser mi Arcadia particular, que aquel lugar repleto de hombres con bigotes despeinados y las veces pintorescos era el que mi corazón había elegido para sucumbir a lo que solían llamar amor. Caminé durante una media hora por aquel aeropuerto fascinándome a cada instante observando cada mueca que gesticulaba aquella multitud que me rodeaba y en la que yo esperaba encontrar los ojos que me avistaran y se acercaran rápidamente para estremecer mis entrañas como si algún tipo de brisa embriagadora me hubiera acechado. Al volver a abrir los ojos, bislumbré aquella espléndida ciudad repleta de macarrones y artistas bohemios sentados en las escalinatas dibujando atardeceres en busca de un trozo de pan y fama que llevarse a la boca. Estaba cayendo la noche sobre las fachadas arcaicas y el latín volvía a caer en el olvido bajo la oscuridad de una ciudad tremendamente iluminada por un pasado glorioso. Aún estaba fascinado recorriendo las avenidas de aquella ciudad cuando tropecé de repente con mi destino. Era aquel teatro olvidado que yo andaba buscando desde hacía tantos años. Abrí las puertas sigilosamente y observé que había tres italianos ensayando para una obra que parecía llevar mucho tiempo a punto de estrenarse. Me fui acercando lentamente hacia aquel escenario destartalado y me planté frente a él. Sonaba una melodía a piano que me invitaba a abrir la boca con aires de sorpresa. Estaba distraído examinando cada recoveco de aquel lugar que invitaba a desconectar la razón por unos instantes y sentarse a escuchar aquel ruido perfumado que inundaba el enorme y anciano salón cuando uno de los personajes (el cual me resultaba misteriosamente familiar) pegó un salto desde el escenario y comenzó a dar pasos flemáticos hasta llegar a una distancia de menos de dos dedos de mi rostro. Cuando contemplé en seco su mirada cautivadora  llegué a la conclusión de que era la persona que había visto tantas veces en las palabras de mis relatos. Antes de que pudiera acabar de asimilar lo que estaba observando, noté de incógnito unos labios besando mi mejilla y deslizándose paulatinamente hasta mi boca enajenada. Cuando aquellos ayudantes del diablo rozaron mis labios no supe siquiera distinguir en qué etapa de mi vida me encontraba o cual era el motivo de que yo hubiese arrivado a aquel lugar empujado por las manos masculinas de la ventisca que azotaba el Mediterráneo en aquellos días de noviembre.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Adieu, 2013.

Contra todo consejo, mirar atrás a veces es algo tan gratificante... Acaba ya uno de los años de mi vida, año en que toda hazaña ha iniciado su camino. Sin duda ha significado un despertar completo de todos los sentidos, un florecimiento de todas las sensaciones que andaban escondidas dando a paso a un proyecto de felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, grandioso... Ha sido el año de mis dieciséis, del dieciséis, el año de las revoluciones en mi vida, de los secretos a voces, de las experiencias, de lo inesperado, de los sentimientos incandescentes, de los días grises con sabor a gloria, del amor incomprensible, de los sueños en proceso. Pero sobre todo, lo que más agradezco es haber encontrado tantísimo apoyo por parte de todos los que me rodean y haber comenzado una nueva vida al lado de los que de verdad merecen la pena. Quiero darle gracias a quien dirija esto del destino por haberme dado la oportunidad este año de comenzar a abrir los ojos, de saber quién soy, de saber a dónde pertenezco y de darme la fuerza necesaria para empezar a caminar hacia lo que augura ser mi culmen. Brindemos por haber renacido. Adieu, 2013, hasta siempre.

lunes, 23 de diciembre de 2013

"Trataremos de buscar cada exquisito detalle de la vida en la virtud, que ni el exceso ni el defecto se apoderen de nuestro espíritu pintoresco y las veces mentiroso sin escrúpulo."

miércoles, 18 de diciembre de 2013

domingo, 15 de diciembre de 2013

"Éxtasis, lujo, champán, vicio, esquizofrenia, florecimiento, brote, surgimiento, velocidad, desmesura, seres alados, desinhibición, vino tinto, descontrol, desmelenamiento, revelación, revolución, extravagancia, maquillaje, berridos, banderas, orgullo, sudor, diez mil guitarras al unísono, pelucas, dilatación, derramamientos, gritos, locura, oscuridad, improvisación, desnudos, carcajadas, disloque, cigarros, cabelleras a los cuatro vientos, RENACIMIENTO."

martes, 10 de diciembre de 2013

ηδονή.

El día había caído en picado y la luna cargada de vicio y alaridos se colocaba lentamente sobre el techo que cubría aquel caserío del desarme a las afueras de la vieja capital en la que todavía se escuchaban gritos que anunciaban la revolución. La cama de aquella habitación chirriaba de manera desmesurada mientras los berridos atragantados anunciaban una noche velada por el placer. Las pasiones parecían haberse adueñado del sentido de todo ser vivo que deambulaba por aquel camastro. Las espaldas empezaban a ser lodo marcado por las huellas del salvajismo enamorado. Se fundían los géneros y los números en aquella cópula gramatical desmedida.  Los dedos arañaban las sábanas. Los labios besaban con euforia cada poro. Los cuerpos dejaban de ser materia para convertirse en almas rendidas al hedonismo. Sonaban ladridos en francés. Los ojos se abrían con fuerza y las miradas dominaban la razón. El sentido de la vida se mostraba en todo su esplendor...

lunes, 25 de noviembre de 2013

"Cuando voy caminando por la calle, me miran como quien ve una bolsa vieja y rasgada e ignora por completo que en su interior guarda millones de dólares, o mil monedas de oro, o la carta de un niño que tiene un sueño, y no cualquier sueño."
Me miras con fascinación mientras muevo el bolígrafo sin estar escribiendo. Y vuelvo la mirada hacia ti. Y no logro comprender que hace que tus ojos se iluminen de esa manera. A penas alcanzo a comprender cómo has tocado mi alma con esos dos dedos traviesos que tienes, cómo busca tu voz el viento para tocar mi oído. Vuelvo a mirar mi folio y de repente me estremezco pensando que eres el rostro que me esperaba a las puertas de Bohemia. Y vuelvo a mirarte a la cara. Ahora eres tú quien observa un punto muerto buscando alguna clave de sol que alegre tu día. Mis musas me gritan que vuelva a mis pensamientos, que ando confundido, que estoy deambulando por el mármol sin rumbo. Pero, oye, no quiero escucharlas: Mis latidos cantan en otro tono.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Con una venda en los ojos voy a enfrentarme a la verdad.

sábado, 9 de noviembre de 2013

miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿Y por qué no ser feliz en esta vida y todas las que quieran venir?

No sé si será que esto de la filosofía me está tocando el seso demasiado o es la bendita euforia de los dieciséis, pero he llegado a la conclusión de que nosotros, los que tenemos pocas armas para averiguar el principio y el fin de nuestra existencia, debemos utilizar nuestra inteligencia hasta la saciedad pero no dejar nunca de vivir, no buscar la felicidad, sino disfrutar de ella a través de los placeres que tenemos más a mano e intentar alcanzar aquellos que se nos escapan. Y con esto quiero decir que debemos utilizar todos esos tópicos clásicos sobre el 'carpe diem', 'tempus fugit', pero no con la idea de que se acaba nuestra vida, sino pensando en que hay que disfrutar el momento, por lo que pueda venir. Si es verdad aquello de  que algún día nuestra alma se deshará de lo que la cohibe y que la felicidad plena se encuentra en el más allá, ¿qué perdemos usando el placer en nuestro provecho? Y no digo para nada que perdamos de vista el conocimiento, pues a mi parecer, es algo esencial para que nuestro espíritu no pase hambre. Saber extraer a cada momento eso que nos da ese bienestar, disfrutar hasta de los días tristes y oscuros, exprimir el presente sin olvidar para nada el futuro, despreocuparse un poco, no conformarse con nada, llorar cuando haga falta, aprender, observar, hincar el diente a todo lo hincable, enloquecer de vez en cuando, gritar de rato a rato, saborear el arte y, que si todo fluye y todo pasa, con ello voy yo y quiero sentir ese tiempo corriendo por mis venas. Habrá quien no sepa de lo que hablo, habrá quien no comparta lo que yo digo, pero estas son mis sensaciones y así las he contado, y así quiero darle sentido a mi vida.

lunes, 28 de octubre de 2013

Enamórate.

Te invito a que te enamores de mis ganas de pegarle un mordisco a la cumbre de las montañas, de mis días rojos y apasionados, de mis tardes melancólicas, de mi meticulosidad a veces absurda, de mis ojos embarrados, de mis manos maleducadas, de mi palabras vanas, de mis palabras sensacionales, de mis dibujos escondidos, de mis carcajadas sin argumento, de mi acento al hablar francés, de mis orejas frías cuando aprietan los días crudos, de mi amor por los sentimientos, de mis lágrimas desmotivadas, de mis ironías rudas, de mis sarcasmos desorientados, de mi mirada al despertar, de mis dudas desordenadas, de mi espíritu rebelde, de mi cordura desmelenada, de mi cabeza pensante, de mi torpeza injustificada, de mi optimismo y mi esperanza, de mis canciones vagas, de mis silencios profundos, de mi cara de idiota, de mis dedos nerviosos, de mi cuerpo imperfecto, de mi espalda oscurecida, de mi entusiasmo cuando algo me fascina, de mis labios necios, de mis inquietudes y de mis miedos, de mis ideas, de mis múltiples defectos, de mi arte particular, de mi forma de ver el mundo, de mis decisiones poco acertadas, de mis sentencias, de mi inconformismo, de mi diversidad, de mis desganas, de mis pies andantes... Y de paso, ¿por qué no? Enamórate de mí.

sábado, 26 de octubre de 2013

Inspiró y expiró profundamente en aquel momento, y siguió maullando como un gato sin dueño. Y después gritó ante aquel océano de luces pálidas y tiritonas, gritó con rabia a aquel maldito astro que todavía no había dicho palabra cuando ella ya había sentenciado su frase más legendaria. Y la luna se limitaba a sonreír simplemente, como hacían todos cuando ella les contaba que era un alma extranjera en el universo. Y nadie imaginaba lo que susurraba su espíritu cada noche cuando estaba a solas con las tildes abstractas que le daban tono a sus palabras. Se sentía feliz pero echaba de menos los días grises, por eso se tragaba de vez en cuando alguna puñalada. Era indomable su capacidad para tergiversar los besos desganados con las luces pálidas y las horas que conformarían el futuro.

martes, 22 de octubre de 2013

Francés para mi corazón. Mi corazón cobarde. Que no entiende de días ni noches. Ni horas perdidas ni agujas mareadas. Ni películas de amor ni lágrimas de lagarto. Maldito cabrito, que sólo sabe que se excita. Maldito ignorante, que vive del placer y me reta a amar. Y me reta a encender el fuego. Y yo, bendito amante de los días parisinos, caigo a sus pies rendido.

domingo, 20 de octubre de 2013

Cuando el mago se cansa de hacer magia, habla del tiempo.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Una historieta de estas que dura un fin de semana pero de esas que recuerdas el día de tu muerte, un beso de esos que alteran el pulso, una mirada de esas que crean sueños, un día que grite que es libre, una pajarita en ese tipo de camisas que te quitan en un arrebato de pasión, un dedo instruso, un berrido de placer, una avenida vacía y cinco amigos contentos, un hippie con traje y corbata, cuatro idiotas asomados por la ventanilla del coche con la lengua fuera...

lunes, 14 de octubre de 2013


Uno comienza a amar de forma incesante, inevitable e irracional.


miércoles, 2 de octubre de 2013

Hasta el niño más bueno se sale de su camino alguna vez, aunque sólo sea para andar por las cunetas y experimentar lo que es pisar los charcos. Algún día se cansará de tocar barro y volverá al asfalto. Pero nunca olvidará el placer que supone revolotear de vez en cuando entre lo firme del camino y lo inestable de la cuneta.