miércoles, 24 de octubre de 2012

Mientras sigan cayendo lágrimas de mis ojos, mientras todavía sea capaz de volverla a sonreir tras cada discusión, que viva tranquila.

domingo, 7 de octubre de 2012

Crecer no significa dejar de soñar.

Al parecer, estoy creciendo, o eso dice mi garganta. La vida me va cambiando y a mis ojos todo empieza a ser diferente, todo deja de ser ese mundo de serpentinas en el que vivía hasta hace bien poco. Veo el mundo mucho más necio, más cínico, más hipócrita. La gente miente y se esconde. Descubro que el dinero no crece ni en los árboles ni en el banco. Comprendo porque me grita mi madre, porque se disgusta cuando llego tarde. También observo que el mundo es más positivo de lo que yo creía cuando descubrí todo lo malo: La gente protesta por lo que quiere, lucha, sonríe, se enamora locamente, busca, encuentra, experimenta, imagina... Y es esa la faceta que más me gusta del mundo real, que aún siendo oscuro y preocupante, quedan personas que, viviendo en la realidad, idealizan sus pensamientos para no adentrarse en la agridulce sociedad. Pero no son ilusos de la vida. Sólo intentan vivir la vida camuflando los problemas y solucionándolos en secreto, sin que nadie note que también sufren, porque idealizan su dolor, lo camuflan; pero en el momento justo, se desahoga y lo escupe. Y es ese mi lema, y es esa mi filosofía.