lunes, 28 de octubre de 2013

Enamórate.

Te invito a que te enamores de mis ganas de pegarle un mordisco a la cumbre de las montañas, de mis días rojos y apasionados, de mis tardes melancólicas, de mi meticulosidad a veces absurda, de mis ojos embarrados, de mis manos maleducadas, de mi palabras vanas, de mis palabras sensacionales, de mis dibujos escondidos, de mis carcajadas sin argumento, de mi acento al hablar francés, de mis orejas frías cuando aprietan los días crudos, de mi amor por los sentimientos, de mis lágrimas desmotivadas, de mis ironías rudas, de mis sarcasmos desorientados, de mi mirada al despertar, de mis dudas desordenadas, de mi espíritu rebelde, de mi cordura desmelenada, de mi cabeza pensante, de mi torpeza injustificada, de mi optimismo y mi esperanza, de mis canciones vagas, de mis silencios profundos, de mi cara de idiota, de mis dedos nerviosos, de mi cuerpo imperfecto, de mi espalda oscurecida, de mi entusiasmo cuando algo me fascina, de mis labios necios, de mis inquietudes y de mis miedos, de mis ideas, de mis múltiples defectos, de mi arte particular, de mi forma de ver el mundo, de mis decisiones poco acertadas, de mis sentencias, de mi inconformismo, de mi diversidad, de mis desganas, de mis pies andantes... Y de paso, ¿por qué no? Enamórate de mí.

sábado, 26 de octubre de 2013

Inspiró y expiró profundamente en aquel momento, y siguió maullando como un gato sin dueño. Y después gritó ante aquel océano de luces pálidas y tiritonas, gritó con rabia a aquel maldito astro que todavía no había dicho palabra cuando ella ya había sentenciado su frase más legendaria. Y la luna se limitaba a sonreír simplemente, como hacían todos cuando ella les contaba que era un alma extranjera en el universo. Y nadie imaginaba lo que susurraba su espíritu cada noche cuando estaba a solas con las tildes abstractas que le daban tono a sus palabras. Se sentía feliz pero echaba de menos los días grises, por eso se tragaba de vez en cuando alguna puñalada. Era indomable su capacidad para tergiversar los besos desganados con las luces pálidas y las horas que conformarían el futuro.

martes, 22 de octubre de 2013

Francés para mi corazón. Mi corazón cobarde. Que no entiende de días ni noches. Ni horas perdidas ni agujas mareadas. Ni películas de amor ni lágrimas de lagarto. Maldito cabrito, que sólo sabe que se excita. Maldito ignorante, que vive del placer y me reta a amar. Y me reta a encender el fuego. Y yo, bendito amante de los días parisinos, caigo a sus pies rendido.

domingo, 20 de octubre de 2013

miércoles, 16 de octubre de 2013

Una historieta de estas que dura un fin de semana pero de esas que recuerdas el día de tu muerte, un beso de esos que alteran el pulso, una mirada de esas que crean sueños, un día que grite que es libre, una pajarita en ese tipo de camisas que te quitan en un arrebato de pasión, un dedo instruso, un berrido de placer, una avenida vacía y cinco amigos contentos, un hippie con traje y corbata, cuatro idiotas asomados por la ventanilla del coche con la lengua fuera...

lunes, 14 de octubre de 2013


Uno comienza a amar de forma incesante, inevitable e irracional.


miércoles, 2 de octubre de 2013

Hasta el niño más bueno se sale de su camino alguna vez, aunque sólo sea para andar por las cunetas y experimentar lo que es pisar los charcos. Algún día se cansará de tocar barro y volverá al asfalto. Pero nunca olvidará el placer que supone revolotear de vez en cuando entre lo firme del camino y lo inestable de la cuneta.