viernes, 19 de agosto de 2016

VIII.

Hace tiempo que soy un romántico
Lleno de fantasmitas maricones,
Con versos barbudos colgados de las orejas
Y una muchedumbre de barquitos tristes
Flotando en mi estómago.
Sombras y luces de discoteca inurbana
Pueblan mi sesudez
A partes iguales,
Sin pena ni gloria
(Gloria, faltas en el aire).
Todos bailan
Alrededor de mi cuerpo occiso,
Alzado en una pira de siglos
Y palitos frescos.
Los abismos me aúllan famélicos
Y yo les arrojo mis vísceras
Meditabundo
Empujando con resoplos tras de ellas
Un tropel de callaos insurrectos.
Esta literariedad
Me está verdeando
Los dedos y el juicio.
Ahora el misterio descansa
En otros lares.
En un berrido de Cobain,
Qui sapit.

miércoles, 17 de agosto de 2016

De possessione.

Agonizo sobre este umbral dicharachero.
Alzo la mirada hacia ese cielo fértil
Preñado de prepotencia y cosas lindas,
Que nos riega incansable
 Y me da por pensar…
¡Joder! ¡Copular! ¡Hacerlo, hacer el amor!
¡Tengo en mis manos babosas tanto poder!
Tengo
La alarma haragana de este siglo,
Un ramo de notas pochas,
Un pulso genital,
Un eructo romántico,
Un pezón de Kiki de Montparnasse,
Un chute tempranero de drogas arcanas,
Una pasión republicana,
Una oratoria coletana,
Un globo ocular del tamaño de una semana,
Un afán predilecto,
Un corazón erecto,
Un camino
Y amén.
Riégame,
Riégame con ganas,
Cielo inocentón. 

martes, 9 de agosto de 2016

VII.

La cerveza no sabe a sabio,
La rueda no rueda;
La rueda flota.
El campo no huele a adiós;
El campo huele a olas.
Y la noche moribunda
Parece estar más viva que nunca.
Los machos hablan de tractores,
De pelotas, de fulanas de mentira.
Los hombres tiemblan
Cuando las palabras trotan,
Cuando las mujeres son mujeres,
Cuando las mujeres son hombres.
Tengo amigos rebozados
Con banalidad y huevos,
Amigos que rozan el cielo,
Amigos que se lo han tragado,
Amigos que son
Machos,
Hombres,
Amigos que son mujeres.
Todavía no entiendo
La negligencia de este mundo
Que teniendo tanto que hacer
Aún me está esperando.

domingo, 7 de agosto de 2016

VI.

Si no estamos muertos,
Si logro regurgitar esta sed de nada,
Si no me quedo preñado de otra noche fatua,
Si el destino me eyacula en las manos
Y no en los tuétanos,
Si esta insaciabilidad se apoltrona
Y los nietos de Buñuel
Dejan de ser una menstruación eterna
Y fecundan ese nimbo chorreante
Que llevo colgado del flequillo,
Vivamus, mea Lesbia, atque amemus.

viernes, 5 de agosto de 2016

V.

Ojalá estas palabras
Sirvieran para algo más que para pudrirme de pena
O clamar a la luna de Granada
Cuando algún ¿loco? me estrangule los versos.
Ojalá pudiera confinarlas
En las manos sudadas de mi abuela
Y que ella se encargara de impregnar su casa
De verbos que espantaran a la muerte.
Ojalá cayeran en el saco roto
De un feriante,
Para que éste las fuera plantando
Sin darse cuenta
En cada uno de sus destinos.
Ojalá tuvieran la fuerza suficiente
Para arrancarle a algún papá impávido
Las lágrimas a tirones.
Ojalá fueran soterradas en alguna era
Y fueran descubiertas
Por algún romántico secular
Que llorara desbotonado
Al encontrarse en ellas.
Ojalá llegaran, tal como las escribo,
Al alma de algún chiquillo,
Algún chiquillo verbal,
Que cayera enamorado
Y viviera eternamente lamentando
No haberme sonreído frente al canal. 

lunes, 1 de agosto de 2016

IV.

Naturaleza canalla,
agujero jondo,
depredadora voraz,
madre del principio,
hermana del final,
antojosa fábrica
de incertidumbres
y de avidez adulterada,
¿Quién te dio el cetro
que agujerea el suelo
y agranda las grietas
que me arrojan a la molicie?
¿De dónde sacaste
ese suspiro del cielo
que desboca a las cortinas?
¿Con qué manos creaste
los dedos que me arrastran
tirando de las costillas
hacia una tierra
de felicidad insólita,
de noches espasmódicas,
en la que se puede vivir plácidamente
hasta que el anhelo te apuñala
dulcemente
por la espalda?
Maldita
y a la vez
irremediablemente benedicta
diosa,
¿quién te crees que eres,
quién eres,
dímelo,
para concebirlos así,
para hacer de mí lo que has hecho?