lunes, 30 de diciembre de 2013

Adieu, 2013.

Contra todo consejo, mirar atrás a veces es algo tan gratificante... Acaba ya uno de los años de mi vida, año en que toda hazaña ha iniciado su camino. Sin duda ha significado un despertar completo de todos los sentidos, un florecimiento de todas las sensaciones que andaban escondidas dando a paso a un proyecto de felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, grandioso... Ha sido el año de mis dieciséis, del dieciséis, el año de las revoluciones en mi vida, de los secretos a voces, de las experiencias, de lo inesperado, de los sentimientos incandescentes, de los días grises con sabor a gloria, del amor incomprensible, de los sueños en proceso. Pero sobre todo, lo que más agradezco es haber encontrado tantísimo apoyo por parte de todos los que me rodean y haber comenzado una nueva vida al lado de los que de verdad merecen la pena. Quiero darle gracias a quien dirija esto del destino por haberme dado la oportunidad este año de comenzar a abrir los ojos, de saber quién soy, de saber a dónde pertenezco y de darme la fuerza necesaria para empezar a caminar hacia lo que augura ser mi culmen. Brindemos por haber renacido. Adieu, 2013, hasta siempre.

lunes, 23 de diciembre de 2013

"Trataremos de buscar cada exquisito detalle de la vida en la virtud, que ni el exceso ni el defecto se apoderen de nuestro espíritu pintoresco y las veces mentiroso sin escrúpulo."

miércoles, 18 de diciembre de 2013

domingo, 15 de diciembre de 2013

"Éxtasis, lujo, champán, vicio, esquizofrenia, florecimiento, brote, surgimiento, velocidad, desmesura, seres alados, desinhibición, vino tinto, descontrol, desmelenamiento, revelación, revolución, extravagancia, maquillaje, berridos, banderas, orgullo, sudor, diez mil guitarras al unísono, pelucas, dilatación, derramamientos, gritos, locura, oscuridad, improvisación, desnudos, carcajadas, disloque, cigarros, cabelleras a los cuatro vientos, RENACIMIENTO."

martes, 10 de diciembre de 2013

ηδονή.

El día había caído en picado y la luna cargada de vicio y alaridos se colocaba lentamente sobre el techo que cubría aquel caserío del desarme a las afueras de la vieja capital en la que todavía se escuchaban gritos que anunciaban la revolución. La cama de aquella habitación chirriaba de manera desmesurada mientras los berridos atragantados anunciaban una noche velada por el placer. Las pasiones parecían haberse adueñado del sentido de todo ser vivo que deambulaba por aquel camastro. Las espaldas empezaban a ser lodo marcado por las huellas del salvajismo enamorado. Se fundían los géneros y los números en aquella cópula gramatical desmedida.  Los dedos arañaban las sábanas. Los labios besaban con euforia cada poro. Los cuerpos dejaban de ser materia para convertirse en almas rendidas al hedonismo. Sonaban ladridos en francés. Los ojos se abrían con fuerza y las miradas dominaban la razón. El sentido de la vida se mostraba en todo su esplendor...