lunes, 31 de octubre de 2016

IX.

Con los ojos descuajados,
Con los labios manchados de besos de garrafón,
Con el pecho inflado de noche,
Baila Daniel.
Berrea sus clamores,
Recita canturreando sus mandamientos.
Tan esquemático,
Tan ignorante…
Pero porta algo sobre sí
Que estimula el seso jadeante.
Esa respiración genital,
Ese aliento pesado,
Esa mano fértil
Regada por sudor imbécil...
Se columpia en medio de un río incansable
De notas pochas
Que arden en la atmósfera bochornosa de esta noche.
A partes iguales
Contenido y relinchante,
Lúcido y delirante,
Envenenado y complacido
Por lo que lleva entre las manos
Y por lo que desea amarrar con ellas,
Se tambalea en busca de la eternidad
En medio de un tumulto bizco
Y embriagado por las ansias de huir,
Como él,
De los días descolgados.