domingo, 16 de junio de 2013

Estoy buscando sal en el azucarero. Estoy intentando volar sin alas. Parece incoherente, pero... Quizás alguien metió la sal en el azucarero por error y quizás haya otras formas de volar. Y... bueno, a este paso os moriréis sin conocerme.

lunes, 3 de junio de 2013

Si algo aprecio de mi persona es que vivo en una constante fantasía. Nada me es eterno. Parece que sobrevivo gracias a esos ratos que paso a solas con mi espíritu, cantando o entonando blues. Siempre permanezco agusto con mi interior, porque en mi mundo no existe nada imperfecto (en mi mundo), porque siempre hay palabras bonitas y lugares increíbles que descubre la mente en su soledad. Es un sentimiento tan fuerte el que me absorbe cuando la fantasía se apodera por completo de mi ser... Jamás reventaré ante los demás porque reviento ante mí mismo. Si tengo dudas me enciendo un foco y me interrogo ante la habitación, inmensa en ese momento. Si tengo ganas de ser libre, grito algo fuerte y me imagino el viento descolocándome las ideas. Si tengo ganas de soñar, me tumbo en el sofá e imagino con la persona más imperfecta haciendo el amor ante el mundo. Si quiero morir, me tiro al suelo y, estremecido por las respuestas que encuentro, me levanto de un respingo y sigo viviendo. Soy un soñador bastante particular.

Me siento como la firma de un tuerto. Pintarrajeada en una hoja de papel sin custodia, libre y huérfana.