viernes, 11 de julio de 2014

El verdadero humanista ama al ántropos desde el primer amor flamante hasta la revolución francesa, desde el cavernícola enamorado hasta Romeo y Julieta, desde el primer fonema hasta "Billie Jeans", desde los pasos obtusos en el alba de la vida hasta las primeras huellas sobre la eterna amante del poeta, desde Clístenes hasta Obama, desde las cruzadas a la Gran Guerra, desde los muros rupestres de las cuevas prehistóricas hasta la sonrisa de la Gioconda, desde el centro de la Tierra hasta la cumbre del Everest, desde la Grecia de Aristogitón hasta el Montmartre de Amélie, desde el talón de Aquiles hasta el crac del 29, desde los primitivos berridos de los bárbaros hasta las torpes palabras de un aprendiz de francés, desde Persia hasta Las Indias, desde Iberia hasta Ilión, desde los diez mandamientos hasta el comunismo estalinista, desde el aoristo segundo hasta el pretérito perfecto, desde el primer gemido hasta los Rolling Stones, desde el seco sonido de dos piedras batiéndose en duelo hasta los predilectos dedos de Beethoven, desde el primer saludo hasta "Heil, Hitler", desde los comienzos de la vida hasta las tizas de Einstein, desde Zeus hasta Yahvé, desde el velo represor hasta la Meca, desde el ábaco hasta la ecuación, desde los pergaminos hasta el neón, desde el Adán adolescente hasta Marilyn Monroe, desde el caos hasta el cosmos, desde el dinosaurio marroquí hasta el gandul canino que se reposa a los pies del sofá, desde el Edén hasta los suburbios de Nueva York, desde las canoas de Ramsés II sobre el Nilo hasta el Titanic holgazaneando en las profundidades, desde la soberbia Roma hasta el incendio del Reichstag, desde Mahoma hasta Nietzche, desde el ojo rasgado de un japonés hasta la mirada desamparada de un vagabundo londinense, desde el trópico de Cáncer hasta la órbita de Plutón, desde el monte Sinaí hasta el último aliento de Pompeya, desde el descubridor del fuego hasta la bomba atómica, desde el atuendo de un fraile hasta la peluca de un travesti, desde el mito a la razón, desde la austeridad hasta la desmesura, desde el entusiasmo del primer capitalista hasta el estómago del etíope, desde el anfiteatro emeritense hasta la plaza de toros gaditana, desde la ironía hasta la ingenuidad, desde los mártires hasta las fosas comunes, desde los campos de concentración hasta los gulags, desde el genocidio hasta Hiroshima, desde la censura hasta la libertad de expresión, desde los corrales de comedias hasta la ciencia ficción, desde los cantos de sirena hasta "La vie en rose", desde el "Homo sum, humani nihil a me alienum puto" hasta el "Hombre soy; nada humano me es ajeno".