Creer...

Un día te despiertas y piensas:
¿Qué hago yo aquí?, ¿que sentido tiene que yo viva aquí?
Es extraño pensar que en la eternidad yo viva solo cien años, si es que llego. Pensandolo bien, todos hemos nacido por algo, nadie viene a este mundo y no cambiar nada. Nunca se sabe lo que te guarda el destino. No sé lo que nos controla, no se lo que nos hace llegar a ciertos extremos, pero es fuerte y nos lleva a tomar las mayores decisiones de nuestra vida. Por algo nuestras cabezas piensan. Nada es en vano: tú te levantas por las mañanas por algún motivo, también duermes por algo y por algo alguien inventó el mundo. No se puede decir: "No creo en nada, ni en nadie", porque si que hay algo, no tiene por que ser Dios, pero hay algo que nos protege o algo que nos lleva al dolor, para aprender de él. Puede ser un abuelo, alguien importante para ti que se fue y te dejó huella. Puede estar ahí, ¿por qué no?. Quizás algunos piensen que las decisiones las toma uno mismo, y no se confunde, pero algo nos lleva a hacerlo, y como he dicho antes, no en vano. No debemos dejar de creer, porque aunque solo sea eso, cree en ti, en tu pensamiento, porque todo lo que tenemos, no nació por arte de magia. Es bueno confiar o creer en algo o en alguien, bien sea tu corazón, un espíritu, un dios o una estrella... porque eso de no creer en nada, es imposible.

¿La vida?

¿Para que huir de lo que pienso?

¿Para que huir de lo que me hizo daño?

La vida para mí fue un tifón,

que se convirtió en tornado...

Huí de él mil veces, pero no he conseguido nada.

Es verdad, he llorado, soy un hombre y he llorado,

pero siempre he tenido razones.

Cuando yo necesitaba alguien, nadie estuvo ahi,

al pie del cañon, porque si disparaba, se iba a quemar.

Parece que una montaña se puede escalar,

pero cuanto mas subes, mas te cansas.

Pero siempre hay algún árbol donde apoyarte,

o alguna piedra donde descansar.

Quizás todo cambie y la montaña sea mas verde,

o quizás un rayo destroce lo poco que quede,

pero nunca hay que pensar en lo que encontrarás arriba,

sino lo que has ganado mientras llegabas.

Ser...

Sé hoy lo que un día el destino no te dejo ser,
por feo, por tonto o por sincero.

Sobra el título...

Y llega ese momento, tan diminuto como inmenso, tan insignificante como grandioso, tan tranquilo como intenso, tan pequeño como largo, tan deseado como temido, tan bonito como efusivo, tan nervioso como feliz...
Tan solo un beso... quizas solo eso, pero cuando es ella la que te lo ha dado... la cosa cambia, pues algo tan simple como un roce, se convierte en una fusion de cuerpos, una explosión de sentimientos, una vida cambiada, un corazon en movimiento...