lunes, 10 de febrero de 2014

Manifestum.

Nosotros fuimos los abanderados, portábamos el lema sobre nuestros hombros, gritábamos enardecidos a la libertad con las manos alzadas. El viento despeinaba nuestras melenas perfectamente engominadas que cada noche le guardaban culto a una mano ajena e indecente. No conocíamos el escrúpulo, bebíamos a morro de cualquier botella o labio. Nuestras huellas fueron retratadas, éramos jóvenes y amábamos la vida. Nacimos así.

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