martes, 22 de octubre de 2013

Francés para mi corazón. Mi corazón cobarde. Que no entiende de días ni noches. Ni horas perdidas ni agujas mareadas. Ni películas de amor ni lágrimas de lagarto. Maldito cabrito, que sólo sabe que se excita. Maldito ignorante, que vive del placer y me reta a amar. Y me reta a encender el fuego. Y yo, bendito amante de los días parisinos, caigo a sus pies rendido.

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