lunes, 30 de diciembre de 2013

Adieu, 2013.

Contra todo consejo, mirar atrás a veces es algo tan gratificante... Acaba ya uno de los años de mi vida, año en que toda hazaña ha iniciado su camino. Sin duda ha significado un despertar completo de todos los sentidos, un florecimiento de todas las sensaciones que andaban escondidas dando a paso a un proyecto de felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, grandioso... Ha sido el año de mis dieciséis, del dieciséis, el año de las revoluciones en mi vida, de los secretos a voces, de las experiencias, de lo inesperado, de los sentimientos incandescentes, de los días grises con sabor a gloria, del amor incomprensible, de los sueños en proceso. Pero sobre todo, lo que más agradezco es haber encontrado tantísimo apoyo por parte de todos los que me rodean y haber comenzado una nueva vida al lado de los que de verdad merecen la pena. Quiero darle gracias a quien dirija esto del destino por haberme dado la oportunidad este año de comenzar a abrir los ojos, de saber quién soy, de saber a dónde pertenezco y de darme la fuerza necesaria para empezar a caminar hacia lo que augura ser mi culmen. Brindemos por haber renacido. Adieu, 2013, hasta siempre.

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