viernes, 5 de agosto de 2016

V.

Ojalá estas palabras
Sirvieran para algo más que para pudrirme de pena
O clamar a la luna de Granada
Cuando algún ¿loco? me estrangule los versos.
Ojalá pudiera confinarlas
En las manos sudadas de mi abuela
Y que ella se encargara de impregnar su casa
De verbos que espantaran a la muerte.
Ojalá cayeran en el saco roto
De un feriante,
Para que éste las fuera plantando
Sin darse cuenta
En cada uno de sus destinos.
Ojalá tuvieran la fuerza suficiente
Para arrancarle a algún papá impávido
Las lágrimas a tirones.
Ojalá fueran soterradas en alguna era
Y fueran descubiertas
Por algún romántico secular
Que llorara desbotonado
Al encontrarse en ellas.
Ojalá llegaran, tal como las escribo,
Al alma de algún chiquillo,
Algún chiquillo verbal,
Que cayera enamorado
Y viviera eternamente lamentando
No haberme sonreído frente al canal. 

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