jueves, 8 de diciembre de 2011

Hemos crecido, pero eso no significa que hayamos madurado. Como bien decían los medievales, la vida es un río, pero no cualquier río, cada uno lleva un caudal y una fuerza diferente, algunos están sucios y otros relucientes, en algunos el agua es clara y transparente y en otros turbia como una noche nublada. Aunque un río nazca en las más ricas montañas puede ir a parar a un desierto y viceversa. Cuanto menos agua gasten mas caudal lleva por eso algunos acaban secos. Esto es una triste metáfora de lo que es la vida, pero en la realidad un río no se mide por el caudal que lleve ni por lo seco que esté, sino por la calidad del agua que lleva, por insignificante que sea su cantidad.

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