lunes, 30 de junio de 2014

Notas tristes de piano.

Notas tristes de piano... Alfileres clavados en las costillas. Un zumo de fruta podrida. La música susurrante. Una bailarina con el tobillo torcido. Una noche que tirita en la inmensidad de un firmamento incierto y desconocido. Las hojas de un naranjo que repican suavemente al amanecer praguense. Las cigüeñas del campanario de una ermita abandonada. Los peces de un río reseco. El pasto que arde inevitablemente. Las campanas que tañen al ritmo de la boda de una novia infiel y enamorada del hombre que aguarda con resignación en el último banco de la iglesia. La mirada despistada de un anciano. El alma despellejada de un pensador. Las heridas de los perdedores de guerra. Los restos de un tatuaje borrado. Las paredes llenas de orlas de un instituto cerrado. Los pergaminos enterrados. La lamentación de un amor que no pudo ser. El hombre que saluda con un apretón de manos a quien quiere saludar con un beso. La luz tibia del otoño cerrado. El último trino de un pájaro. El último instante de una aventura. El momento inmediatamente posterior al éxtasis. El rechazo inescrutable. El río que fluye jovialmente en su nacimiento y desemboca vagamente en el mar en donde devendrá en agua salada como todas las aguas que avanzan porque no se estancan. Las pérdidas irrecuperables. Las horas muertas. Las manos ahogadas tras un muro de insatisfacción. El 'adieu' francés. Los aeropuertos y las estaciones. Los corazones que piensan. Las rimas de otro verano... Notas tristes de piano.

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