martes, 23 de agosto de 2011

Deseos, esperanzas camufladas por una palabra...

No nos cuesta nada soñar, nada, solo cerrar los ojos y cruzar las manos, y esperar a que venga a tu cabeza esa persona, que se acerca lentamente, por un pasillo de instituto o por la calle y de repente te aprieta la mano y te empieza a besar; pero la dura realidad nos hace despertar y saber que ni de lejos va a suceder eso, pero para eso existen los deseos, esas pequeñas esperanzas que se camuflan en una palabra y que nos hacen pensar que hay algo que puede hacer que nuestros sueños se pueden hacer realidad. Y en verdad digo que, nunca hay que perder las esperanzas, pero mucho menos hay que dejar de tener deseos, porque es lo que hace que un simple campesino sueñe con ser rey.

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